Resumen:
Desde hace más de una década, en México el lenguaje inclusivo se ha promovido en las instituciones gubernamentales y organismos públicos sin avances significativos. Desde luego, a la resistencia del cambio lingüístico debe agregarse la oposición al cambio social. Sin embargo, entre las dificultades que enfrentan las y los hablantes también se encuentran las contradicciones de carácter formal que quienes buscan llevar la equidad a la lengua deben resolver. En este trabajo se analizan tres documentos fundamentales sobre el lenguaje inclusivo: el Manual para el uso no sexista del lenguaje (Pérez, 2011), el Manual de comunicación no sexista (Guichard, 2015) y el Informe de la Real Academia Española sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas (Real Academia Española [RAE], 2020). Estos documentos cuentan con avales institucionales y son recomendados por entidades públicas bajo la bandera de la equidad de género. La hipótesis plantea que la divulgación y, en consecuencia, el uso del lenguaje inclusivo enfrenta como obstáculo las contradicciones de carácter formalista presentes en los manuales más importantes, debido a la ausencia de lingüistas y gramáticos en su elaboración. Los resultados evidencian la necesidad de un trabajo lingüístico formal en dos de los documentos analizados, así como el carácter ineludible de que instituciones como la Real Academia Española y la Academia Mexicana de la Lengua formulen propuestas conciliatorias desde paradigmas sociolingüísticos, y no exclusivamente formalistas.