Resumen:
La crítica se encuentra en estado crítico. Efecto del fracaso de la
política instituida –política institucional policiaca– incapaz de
propiciar una política horizontal que democratice verdaderamente
la política y el espacio público. En buena parte, hay que aceptarlo,
esto se debe a la incapacidad que hemos tenido los actores
implicados, es decir, toda la sociedad, de construir visiones y
versiones del mundo y de la propia subjetividad que trasciendan los
esquemas preestablecidos. Por lo mismo, la educación ético-política
que promueva la crítica resulta realmente imprescindible.
Asistimos a un eclipse del pensamiento, la política y la
subjetivación entendidos como ejercicios de libertad. Hay discretos
embriones y gérmenes de potencias adormecidas intentando
despertar. Empero, la mayoría están –estamos– luchando a brazo
partido y, al mismo tiempo, sobreviviendo en estado zombi. La
crítica hoy tendría que regresar sobre sí misma y repensar sus
fundamentos efectuando una revisión analítica de los supuestos que
la animan. Más allá de la Escuela de Frankfurt que volvió la noción
de “teoría crítica” estandarte de investigación y de actuación política,
hay que repensar la crítica en su conexión con la acción y la
cartografía que nos constituyen bajo el bucle espacio-tiempo de unahora-múltiple.
El presente se presenta como espacio de
exploración/investigación/intervención/diseño. Fuera del
presente, nada nos conmina a pensar creativamente.