Resumen:
Hoy en día, la comunicación social debe traducirse en un elemento fundamental e irreemplazable, dada la necesidad
de interacción entre los hombres, entre los pueblos y entre las naciones, constituyéndose como premisa fundamental para
las relaciones político-sociales, pero también como un principio moral, ya que debe ser al mismo tiempo una práctica permanente
y un valor ético que norme la acción de las instituciones públicas (Tello, 1996).
En este sentido, y ante la escalada de violencia que se vive en nuestro país (poniendo en riesgo la gobernabilidad), se
vuelve indispensable la construcción de una cultura de paz mediante la comunicación social, en la búsqueda continua de la
reconciliación y pacificación nacional, tal y como lo prometió en su pasada campaña el presidente electo, Andrés Manuel
López Obrador, apostando en todo momento por la reconstrucción del tejido social.
Por su parte, la ciudadanía debe asumirse como tal, en defensa siempre de sus derechos fundamentales y ejerciendo
mediante su participación decidida el derecho a una vida libre de violencia, fomentando valores universales a través de la
comunicación social como fuerza motora con su triple finalidad: informar, formar y transformar.