Resumen:
En el marco de las políticas neoliberales, México enfrenta un embate generado
por una multiplicidad de violencias sistémicas, así como por la violación de los derechos
humanos y la persecución y criminalización de la disidencia nacional. En este escenario,
el crimen organizado mexicano, particularmente las principales organizaciones
de narcotraficantes, adoptan nuevas formas de organización descentralizada y de corte
paramilitar; despliegan nuevos métodos de generación y apropiación de ganancia,
lo que conlleva una grave amenaza para los sectores de la población más vulnerables,
y configuran una economía criminal basada no sólo en la cadena de valor
de la droga, sino en los delitos que atentan contra la vida.