Resumen:
Se estima que actualmente residen en Estados Unidos cerca de 22 millones de habitantes de origen mexicano.' Tras esta impresionante cifra equivalente a 8% de la población total de aquel país y 22% de la correspondiente al nuestro— subyace una compleja trama de relaciones entre ambas naciones, acompañada de cambios cualitativos en las modalidades migratorias y un crecimiento espectacular de los ingresos derivados de la venta de fuerza de trabajo mexicana en el exterior, que en 2000 alcanzaron un monto de 6 572.5 millones de dólares.
Uno de los rasgos más sobresalientes del nuevo escenario es la emergencia del migrante colectivo organizado, cuya presencia en tanto agente potencial de desarrollo ha venido a replantear una crítica y por lo demás crucial interrogante: ¿hasta qué punto el ahorro migrante puede convertirse en una palanca del desarrollo económico local y regional?