Resumen:
En un lugar del semidesierto mexicano de cuyo nombre no quiero acordarme, pero
que para mayor referencia se le conoce como la muy noble y leal ciudad de nuestra Señora
de los Zacatecas, ó también conócesele en los contornos de estos parajes como bizzarra
capital. Un noble caballero de célebre nombre y barroco apellido, aunque sea por lo sonoro
e inusitado del mismo, para mejor seña Alejandro Barrañón, quien decidió un buen día
adentrarse en la espesura literaria del Quijote a través de los lentes de sus antecesores
músicos que ya habían hecho lo propio algún tiempo ha.
Pero antes de ocuparnos de ello, será menester hablar, aunque sea de manera acaso
somera del perfil y la vocación de este virtuoso caballero del teclado. Forjado en los
campos de batalla más ásperos que persona alguna pueda imaginar, no tanto por su nivel de
hostilidad, como por la exigencia de su condición, que les otorga el de ser lugares santuario
de la música, ahí donde pies de gigantes son sobre los que hay que medirse para ser digno
siquiera de pertenecer a esa estirpe de virtuosos. El Conservatorio Nacional de México,
aquel que antaño albergara en sus puertas al gran Manuel M. Ponce, al inconmensurable
Silvestre Revueltas, al intrépido Carlos Chávez, solo por mencionar algunos de los muy
grandes y muy principales músicos que engalanan el panteón mexicano. Luego la Universität
für Musik Und Darstellende Kuns Wien, en la legendaria ciudad de Viena, considerada, no sin
falta de méritos como la capital de la música, cuna y morada de una pléyade de los más
grandes compositores y músicos en general de toda la historia de este arte. Finalmente
nuestro noble caballero accede a las más altas licencias profesionales en el terreno de la
música allende los mares, si tomamos como referencia ese primigenio epicentro de
inspiración que es Europa, y ahora el salto corresponde al otro lado del mundo, tierras
norteamericanas, ahí donde convergen el esplendor de la vieja Europa y el dinamismo del
nuevo mundo. La Longy School of Music en Cambridge y la universidad de Houston, Texas
serán el alma mater de las cuales Alejandro obtiene con los más altos méritos, su
acreditación de maestría y como Doctor of Musical Arts, respectivamente.