Resumen:
El pensamiento de Walter Benjamin sigue siendo enigmático; tal vez sea el corto circuito resultante de mantener los polos de la experiencia firmemente unidos. El carácter inquietante del pensamiento de Benjamin se encuentra en una profundidad insondable revestida de cierta vulgaridad. Es desacostumbrado tal acercamiento a lo sagrado: sin los ritos y prestigios que, con la religión o el culto oficial, lo acompañan.
Todo depende de la mirada que devuelven las cosas. En esa suerte de heteronomía se cifra todo el poder de su obra. Es lo no humano antes o independientemente de que sea divino, prerrogativa de un Dios.