Resumen:
La estética ha sido una parte de la filosofía; pero a partir de cierto momento la reflexión sobre la sensibilidad, el arte o la belleza (sus objetos privilegiados) experimenta un desprendimiento parcial de la filosofía.
Las ciencias humanas y sociales, e incluso las físico-matemáticas, levantan la mano y participan –con algo más que opiniones– en la discusión. El asunto es interesante, y está implicado en el movimiento general de la
Ilustración, que puede concebirse lato sensu como una exigencia de claridad y una manifestación de lucidez. Hay mil signos que apuntan en esa dirección. Si la religión –como institución y artimaña– sufre el embate, el arte va a resultar beneficiado: entre una y otro se reproduce la eterna reyerta entre esclavitud y libertad.