Resumen:
Se propone aquí un acceso estético a la Teoría Crítica, que añade a su pretensión científica
un componente ético o normativo. El diagnóstico que esta Teoría dirige a la Modernidad
es negativo: la Ciencia y la Política están supeditadas al Capital. Ante la profanación
indiscriminada del mundo, Adorno y Benjamin exploran la experiencia estética como
redención y como resacralización en un sentido que sobrepuja los esquemas y aporías de
la Ilustración. Sólo que al interior mismo de la Teoría Crítica se producen movimientos
de ajuste con el Capital, lo cual deja pendiente o postergada la idea de redención.