Resumen:
De los tres siglos del período virreinal en la Nueva España, el XVIII es en el que existen más evidencias de la producción, circulación, denuncias, censuras y prohibiciones de sátiras. Y aunque es cierto que
en las dos centurias anteriores también las hubo, las dieciochescas y lasdel siglo XIX hasta la Independencia de México se caracterizan por pasar de la crítica de cuestiones personales, morales o sectarias, a enfilar
sus dardos contra aspectos sociales, religiosos, ideológicos y políticos. En el incremento y cambio de perspectiva tuvieron que ver muchos factores, pero en buena medida se debieron a la recepción de las
ideas ilustradas que llegaban de Europa. De este modo, gracias a esta controversia se vuelve evidente que
las posturas personales o sectarias terminaban por influenciar y/o
determinar tanto la elección de los calificadores por parte del Santo Oficio,
como las recomendaciones emitidas en las censuras y, por lo tanto, el
consecuente destino de algunos escritos; aunque en este caso todos
coincidieron en que las sátiras debían prohibirse