Resumen:
En el periodo reciente, la globalización neoliberal además de propiciar el tránsito de
capitales, tecnologías, mercancías, recursos financieros, ideas e información, según los
requerimientos de los bloques económicos regionales, la internacionalización de la producción y las finanzas, trae consigo el ascenso de la migración internacional, al grado en que puede significarse ya como uno de los fenómenos clave del presente siglo XXI. Si bien es cierto que los flujos migratorios no rebasan el 3% de la población mundial, resultan relevantes en términos económicos, culturales, sociales y políticos tanto para los países de origen como para los de destino: en 2004 se estimaban 200 millones de migrantes (Banco Mundial, 2006).
No obstante, la globalización de las migraciones no supone el desencadenamiento libre y en todas direcciones de los flujos humanos, los migrantes internacionales se están concentrando cada vez más en los países desarrollados: tan sólo 28 países absorbieron en 2005 al 75% de los migrantes del mundo, la concentración es más notoria en América del Norte, donde se asientan 1 de cada 4 migrantes, y en Europa, 1 de cada 3 (ONU, 2006). Estados Unidos es el país que indudablemente registra el mayor movimiento en la recepción de migrantes del mundo, pues captó el 20.2% en 2005, por arriba de Rusia (6.4%) y Alemania (5.3%) (DPNU, 2006).