Resumen:
A finales del periodo colonial, la capital de la Nueva España y otras ciudades importantes del virreinato fueron escenarios de trascendentes cambios administrativos, económicos y culturales que deban cuenta, en términos sociourbanos, de una sociedad heterogénea y compleja. A las modificaciones en la traza urbana, a través de cuarteles, se sumaron otras medidas que tenían por objeto controlar la polarización social: los hombres de buen vivir y los hombres de mal vivir. Así, en el marco de las reformas borbónicas ilustradas, esta polarización fue un proceso estrechamente vinculado con el trabajo, como actividad e idea que cristalizaba en el progreso y felicidad del mayor número de habitantes.