Resumen:
La universidad pública en México no escapa a las transformaciones de las que ha sido
objeto el escenario socioeconómico, político y cultural en las últimas décadas; muy al
contrario, puede hoy constituir por sí misma un referente de dichas mudanzas. En efecto, en
su dirección y operación se cristaliza una serie de fenómenos globales que se articulan entre
sí. Podemos mencionar la aparición de nuevas formas de organización del trabajo, la
instauración del neoliberalismo, la revolución científico-tecnológica y el acenso de las
teorías de ‘capital humano’. De igual manera, resulta posible visualizar a la misma inserta
en los discursos de “desarrollo local” que invitan a la autogestión de los actores, en este
caso para responsabilizarse de financiamientos que permitan la ejecución de su labor bajo
una constante rendición de cuentas.
En el presente capítulo revisaremos, en una primera sección, algunos de los cambios
que han tenido lugar en el contexto mundial y que, a nuestra consideración, han significado
un impacto directo en la reorientación de la política educativa a nivel superior y en el
trabajo académico que la sostiene. En un segundo momento, cristalizaremos el análisis
propiamente en algunos de los dispositivos más representativos que han sido utilizados en
México para evaluar la labor docente que, junto con la demanda de un mayor despliegue de
energía, han diversificado las funciones del trabajador universitario. Finalizaremos con
algunas conclusiones breves.