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dc.contributor201231en_US
dc.contributor.otherhttps://orcid.org/0000-0003-1117-7111en_US
dc.coverage.spatialMéxico, 2010en_US
dc.creatorAcosta Reveles, Irma Lorena-
dc.date.accessioned2023-11-08T19:17:43Z-
dc.date.available2023-11-08T19:17:43Z-
dc.date.issued2011-10-28-
dc.identifierinfo:eu-repo/semantics/publishedVersionen_US
dc.identifier.isbn978-84-92751-28-0en_US
dc.identifier.urihttp://ricaxcan.uaz.edu.mx/jspui/handle/20.500.11845/3437-
dc.identifier.urihttp://dx.doi.org/10.48779/ricaxcan-268-
dc.descriptionAs in the rest of the world, the public policies for the field of education, science and technology and in matter of wages, have altered deeply the labor environment in Mexican universities at the last quarter of the 20th century. If we review the general guidelines of these instruments, we found that aren't treated differently females and males academic. However, working conditions (which are the starting point for responding to the same commitments and career goals) have specificities that are based on gender. Similarly, the way to assume the new demands of the academic profession, involves distinct issues for males and females. If we accept that policy strategies and institutional rules are common for both sexes, then, what is the origin of gender inequality in terms of working conditions? In this paper we make an effort to systematize the factors that underpin gender inequality from the daily workspaces. The factors are grouped under five categories: a) of material and objective order, b) formal and institutional elements; c) subjective and informal factors, d) familiar and biological, and e) factors of the eminently political sphere. These five sets of factors are --what we would call temporarily-- a frame of relative disadvantages. And too they´re the necessary reference point to advance a comprehensive explanation of why, for the attention of the same indicators of quality, the time and the energy involved are greater usually for the women.en_US
dc.description.abstractComo ocurrió en numerosos países, durante el último cuarto del siglo XX las políticas educativas, científicas y de orden salarial, modificaron drásticamente la situación de las instituciones de educación superior y su vinculación con la sociedad. La universidad pública (como otros sectores estratégicos) se sometió a la racionalización de recursos gubernamentales; y acorde a la oleada globalizadora, sus funciones se aproximaron cada vez más a los requerimientos del mercado y de la empresa privada. Los afanes utilitaristas se impusieron en las agendas de investigación y en la formación de recursos humanos. Y gradualmente, en el ambiente laboral universitario pasó a un primer plano la competencia por los recursos de trabajo y el reconocimiento a la productividad individual a través de recompensas no salariales. En sus directrices generales los instrumentos de política que rigen el desempeño docente no revelan en lo formal un tratamiento diferenciado para los académicos y las académicas de las universidades estatales. No obstante, las condiciones de trabajo (que son el punto de partida para atender los mismos compromisos y metas profesionales) sí presentan especificidades que se fundan en el género. Asimismo, el modo asumir las nuevas exigencias de la profesión académica involucra problemáticas distintas, ya sea que se trate de hombres o de mujeres. Si concedemos que las estrategias económico-salariales y las normativas institucionales macro son comunes para los trabajadores académicos de ambos sexos, entonces ¿dónde hemos de encontrar el sustento de la inequidad en el plano las condiciones de trabajo? Aquí hacemos un esfuerzo por sistematizar los factores en que se sustenta la desigualdad de género, desde los espacios de trabajo cotidianos. Los factores se aglutinan en torno a cinco categorías: a) De orden material; b) de naturaleza intangible, pero objetivos y formales; c) subjetivos e informales; d) de naturaleza familiar (y biológica); y e) los factores eminentemente políticos. Esto es lo que llamaríamos, un cuadro de desventajas relativas, y constituyen punto de referencia obligado para avanzar en la explicación del por qué, para la atención de los mismos indicadores de calidad, el tiempo y energía comprometido suele ser mayor para el sector laboral femenino.en_US
dc.language.isospaen_US
dc.publisherPlaza y Valdésen_US
dc.relationhttps://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=568237en_US
dc.relationhttps://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5190116en_US
dc.relation.isbasedonCiencia Básica (CONACYT)en_US
dc.relation.urigeneralPublicen_US
dc.rightsAttribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 United States*
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/us/*
dc.sourceFrontera y género en los límites de la multidisciplinariedad, María José Chivite de León, María Beatriz Hernández Pérez y María Eugenia Monzón Perdomo (Coords.) Ed. Plaza y Valdés, Madrid, pp. 315-322en_US
dc.subject.classificationCIENCIAS SOCIALES [5]en_US
dc.subject.otherTrabajo académicoen_US
dc.subject.othergéneroen_US
dc.subject.otherUniversidades públicasen_US
dc.subject.otherMéxicoen_US
dc.subject.otherEducación superioren_US
dc.subject.otherentorno laboralen_US
dc.titleLa profesión académica en la universidades públicas mexicanas. Caracterización de la problemática laboral desde un enfoque de géneroen_US
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/bookParten_US
Appears in Collections:*Documentos Académicos*-- UA Ciencia Política

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Profesion académica en las universidades mexicanas - Acosta Reveles, 2011.pdf2,11 MBAdobe PDFView/Open


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