Resumen:
La mirada masculina sobre la mujer del siglo XVIII novohispano posee distintas perspectivas, una que podemos encontrar y luego constatar, en parte por la poesía, es aquella en que la mujer se le cataloga frágil y, por ende, dedicada a las actividades que no requieren esfuerzo físico importante. Entretenimientos prácticos como bordar y tejer y ciertas habilidades y ciertas habilidades artísticas, la música o la pintura que deberían acompañar a las consideradas virtudes femeninas de la educación dieciochesca "la obediencia o docilidad, la castidad, la honestidad, la modestia, la ternura, la delicadeza, la compasión y la verguenza".