La ecopoesía y su pertinencia humana y social: una propuesta para el siglo XXI

Abstract

Con el término “ecopoesía” no sólo se indican poemas denunciantes de la contaminación ambiental, sino que se recuerda que el individuo en cuanto ser libre tiene moral y, por lo tanto, se anuncia la pertinencia de la ética en el siglo XXI. Los poetas de diversas nacionalidades y contextos culturales convergen al considerar el momento actual como el más indicado para hacer que todos los seres pensantes tomen conciencia de la situación ambiental, y se llegue a la planificación, ejecución y evaluación de acciones concretas; encontrar respuestas al problema que a todos atañe no puede dejarse para un mañana. En ese sentido, la ecopoesía tiene un carácter de práxis social porque el poeta no se encuentra dormido, ni ensimismado tejiendo sus poemas, es alguien que desde lo más hondo de su corazón clama por un mundo mejor, en el que el homo sapiens esté en el centro, ya no como un ser simplemente racional sino como un ser razonable, libre, responsable, capaz de amar hasta la muerte. La ecopoesía es el grito de los poetas que llaman a la unión de todos los hombres para evitar que se siga destruyendo la casa común. La ecopoesía es una propuesta que se practica en distintos espacios, por autores que tienen diferentes lenguas maternas. En Chile, a mediados de siglo, diversos escritores –uno de ellos de nombre Nicanor Parra— denunciaron el modelo depredador de crecimiento económico, devastador de la naturaleza y de los seres vivos, e hicieron un llamado a la acción colectiva para frenar los daños al planeta. El ecopoema nace como un espacio de disentimiento, con un discurso estético de resistencia, que promueve un cambio de actitud y de visión sobre nuestro hábitat, que es necesario para permanecer en el planeta. Se requiere reconocer los derechos de la naturaleza y de los animales. Se necesita aceptar que el ser humano es un lobo no sólo para sus semejantes, sino un depredador de la naturaleza, que contamina y destruye a veces por gusto.