Resumen:
Durante los siglos XVI al XVIII dos corrientes prevalecieron en el arte como maneras particulares y diferenciadas de representar la religiosidad en el mundo occidental: el renacimiento y el barroco. La primera fue un estilo mesurado y en equilibrio que rememoraba la antigüedad grecolatina. Se trata de formas cuidadosamente trabajadas en las cuales la emoción se sujetaba al dominio de la mente. La segunda se orientó a la exaltación de las figuras, a la visualidad sensible o trágica como elemento de atracción de los fieles durante la contrarreforma religiosa. La sobreabundancia del barroco es patente en las formas curvas de las superficies arquitectónicas, en los altares cubiertos de oro, en los cristos lacerantes, en las metáforas de
formas y palabras. Todo ello significó una postura tendiente a mover las emociones como mecanismo para la exaltación de la fe y la manifestación de poder, tanto religioso como económico y político. El estudio introductorio contextualiza de manera precisa y clara el devenir en lo religioso de la historia de Zacatecas. Muestra aspectos determinantes sobre el bachiller don Joseph Mariano de Bezanilla Mier y Campa quien desarrolló sus actividades religiosas por más de veinte años, y el cual finalizó la reconstrucción y bendición del santuario. Las obras aquí presentadas nos son ahora accesibles gracias al trabajo preciso y minucioso de paleografía de Víctor Manuel Mocada Maya.
