Resumen:
Cuando realicé mi tesis doctoral sobre los orígenes de la crítica literaria en México tuve la oportunidad de conocer la obra de dos autores originarios de la región del Zacatecas virreinal que se destacaron en el ambiente cultural novohispano de finales del siglo XVIII e inicios del XIX, no tanto por las obras que escribieron, sino por las controversias que suscitaron, después de las cuales sus nombres se eclipsaron
del panorama literario al grado de que las historias de la literatura novohispana y mexicana ni siquiera los registran o, si acaso los mencionan, es sólo de paso y de manera despectiva. Me refiero a los hermanos Bruno Francisco y José Rafael Larrañaga. Mi interés por estos poetas latinos y castellanos, fervientes admiradores de Virgilio, pervivió con los años, pues sentía que el haber estudiado la adversa recepción de sus
obras por la crítica de su época me comprometía a darlas a conocer para que fueran revaloradas desde una perspectiva más imparcial, pues sus críticos —tanto los de su época como los posteriores— las juzgaron siempre desde una poética distinta a aquella en la que ellos las concibieron y escribieron. Me parecía, por tanto, que su producción literaria, despreciada, ignorada y dispersa, debía ser reunida en un
solo volumen para ser revalorada en conjunto, como parte importante del patrimonio de nuestra cultura y literatura virreinal y, por supuesto, de la regional, donde es prácticamente desconocida